04 abril 1998

Lo derechas: o la insoportable levedad del ser

Obra de Diego Rivera

Mendaces los del PP y CIU en el hacer y decir política, en estos días últimos de marzo -se ve que para ellos nunca es primavera-, ejemplarizadas en cuanto al Parlamento, léase democracia, en el impedimento a que Álvarez Cascos informe oficialmente sobre la conspiración, léase proceder fascista de Luis M. Ansón, Pedro J. Ramírez y otros mediáticos o no y Álvarez Cascos máximo dirigente pepero entonces y, a la sazón hoy, vicepresidente del gobierno de la nación, nada menos. Él, el padrino, el gran muñidor.

Inefables a cuentas, entre otros casos, perdón, Cascos, de la impedida comparecencia que acaban de acordar del “vicepresidente” ante el Congreso de los Diputados para desvelar sus andanzas y compromisos -por otra parte conocidas y documentados-, en relación a la conspiración para desalojar al PSOE ilegítimamente del gobierno, que a estas alturas aún se niega a aclarar. Ahí van las dos perlas justificativas del hurto a la soberanía democrática, dos perlas claro maleamiento del sistema democrático, pro-insistencia e insidia en considerar instrumentales a las instituciones representativas y desvirtuar su papel constitucional, evidente a los medios de información y la propia información. De la insistencia en la posición fascista del hacer, del y desde el poder.

Lo de CIU: “Hemos impedido la comparecencia para evitar el “espectáculo” del enfrentamiento”. Lo del PP-Álvarez Cascos: “No informo al Parlamento porque soy un ministro respetuoso con las decisiones del Parlamento”. ¡Ele coyones!

En castellano puro, qué nos están diciendo. 1º Que si el contraste de información, la confrontación de ideas, derechos o intereses aún en su forma más descarnada, agresiva si se quiere, no se puede llevar y tratar en el Parlamento ¿para qué sirve el Parlamento?, ¿o sólo sirve cuando se está en posición de poder y control del mismo. Sólo sirve como mero escaparate adulterado y adúltero? Se acuerdan de Franco, con él también había Cortes Españolas y hasta “elecciones”. Se acuerdan de Hitler, él ganó dos veces mediante el voto el gobierno alemán.

2º Recuerdan aquella cita que les hice de Leonardo Sciascia acerca de los fascistas: “No lo hay peor que el que lo es, lo niega y acusa a los demás de serlo”. No es eso lo del Cascos: “No informo en el parlamento porque soy respetuoso con él”. Les suena, “lo de serlo y acusar a los demás de serlo ello”. Hay un gran problema.

Se ha dicho hasta la saciedad que, en España, la extrema derecha no tiene espacio electoral y con “bondad” se ha justificado que el PP servía de “tapón” a ello. Pero no es verdad, lo que hace el PP es maquillar su representatividad, lo que hace es hacer, expresar posiciones de extrema derecha sin decirlo, evitar o tratar de no autoetiquetarse. Lo que hace es atomizar o negar hacer la reflexión, el debate político real impidiendo el ejercicio cabal democrático, y eso, dígase como se quiera es fascisteismo. Es lo aquello de ¡Arriba España. Una Grande y Libre!

Lo que extraña es la actitud de CIU, que se pretende, es verdad, derecha, pero de la otra, “democrática y europea”..., claro, lo mismo es la cercanía, quizás, no sólo a Francia sino a la Francia de la ruptura del pacto democrático republicano, a la Francia colaboracionista con Le Pen, esa derecha que enjuga sus fracasos electorales pactando su permanencia con el fascismo, a cambio, dando a éste reconocimiento y cuota de poder de estado, abriendo la espita de la destrucción de la democracia en Francia y no sólo.

¿O es que creen que lo que llaman proceso de globalización es sólo un fenómeno, demanda o mera imposición económica y redistribución de los cupos del lucro de plusvalías. Creen que no política, que no cultural, que no de modos de vida y merma de la libertad. Creen que no es el cuestionamiento en estadío superior del derecho a ser hombre. Creen de verdad que la democracia y la libertad son un título perenne, o que para algunos no son conceptos vivos y menos asumibles y que cuanto más hueros mejor. Creen de verdad que no se está hablando de la vida, de las personas concretas, del derecho a la dignidad personal o general. O de qué creen que se está hablando, haciendo, cuando se habla de política, cuando se hace o evita hacer política?

Mal. Grave nos lo están poniendo a los demócratas y la democracia. Sólo me cabe pensar en reflexionar. En actuar.