12 noviembre 1997

Lorca, y la pereza

Obra de Félix Mas

(
A) Casi me parece una herejía, y si no fuese por la incontrolable inconsciencia que me anega, no me atrevería a proponer la existencia de fundamento alguno en ver el cierto aporte socialista que me parece alimenta el cuerpo doctrinal del pensamiento lorquiano y no sólo por su desarrollo, ampliamente manifestado en su hacer teatral -El Público-, poético -Poeta en Nueva York-, o discursivo -Alocución al pueblo de Fuentevaqueros-, sino en su inherente práctica; obrar un teatro del pueblo que eduque al pueblo y le ayude a rescatar su capacidad de decisión y acción; aspectos estos que se muestran en la generalidad de su obra -de ello, la consecuencia final de Yerma asumiendo el estatus del marginado que renuncia a la expresión racional del sentimiento -la infidelidad o el abandono del marido para realizarse en el hijo, su proyección vital-; la trágica muerte de Adela en Bernarda Alba tras su frustrada y permanente demanda de libertad ante el infranqueable muro del establecido poder encarnado en Bernarda, la servidumbre existencial de doña Rosita frente al grito que de su garganta nunca mana, su vida de mansa espera y marchita; el abandono del que es objeto por una lejana fortuna contra todas las promesas recibidas; todo ello en Lorca, producto trágico, racional, constitutivo de un intento -en la denuncia y representación-, de un hacer cultural participativo que pretende conquistar la racionalidad social y humana, consecuente al carácter, en lo suyo personal -dicen- exaltal de lo alegre y divertido; exultal de lo gozoso y sus conquistas.

Y ahí es donde viene mi impresión y ésta litigiosa propuesta y es que el fundamento, la motivación básica del lorquismo parte de la consideración, de la exaltación de la pereza como objetivo de humanidad. Y no es de extrañar. Recordemos a Fernández Montesinos en su relación familiar inmediata que hubo de facilitarle el conocimiento y consumo de la literatura de inspiración socialista y a través de ello que los textos de Paul Lafargue, el autor de El derecho a la pereza -co-fundador del Partido Socialista Español-, no sólo fuesen parte de su lectura sino además de una influencia decisiva. Tampoco cabe olvidar el influjo -no menor- que tuvo la Revolución de Octubre de 1917 y lo que de ella se desprendió de modernidad social y vanguardismo cultural, de esperanzas de libertad para las gentes más avanzadas o/y explotadas coetáneas al acontecimiento en todo el mundo. ¿Era Lorca inmune a esto?

Quiero afirmar que el pensamiento socialista en Lorca no es bagaje casual o aliño de moda, sino aporte constitutivo, génesis de su posterior hacer literario y aún vital. Y quiero proponer que su concepción del incidente teatral nace precisamente del ejemplo que del aprovechamiento del tiempo hace Lafargue en su Derecho para con la sociedad de la pereza, donde los conceptos claves del objetivo teatral de Lorca están expresados: “En nuestro régimen de pereza, para matar el tiempo que nos mata segundo a segundo, habrá espectáculos y representaciones teatrales de todas clases”. (
1)

Espectáculo; factor lúdico, diversión, entretenimiento, gozo, cultismo. Representación; visualización de taras y cargas sociales y personales, mermas, excesos, defensas, conquistas, denuncias: “Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes, / abrid los escotillones para que vea bajo la luna / las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros”. (
2)

Todo el mundo de Lorca por ahí antedicho en su marco general y en su praxis. Según Lafargue, en el mismo texto: “En la barraca se comenzará con la farsa electoral”. (
3) Lorca crea su Barraca para hacer arma la fuerza cultural; la lleva, la hace pueblo para un objetivo básico, defender a La República, defender, hacer libertad. Hacer al pueblo poder aún en su pereza. ¿Pues, qué se supone puede ser un mundo solidario sino el del normal disfrute general de la cultura y la libertad con sus aderezos sociales y económicos. Qué si no, ejercer el creativo derecho a la pereza?.

Lo mismo soy un irreverente. Que lo que expongo sólo es parte de mi imaginería. Que Lorca es otra cosa y vivió de y en otras nociones ¿Pero, no es hermoso pensar como posible en aunar libertad y pereza. Es decir, hacer verosímil el advenimiento de un sistema social realmente humanístico?.

Además Lorca percibe, anticipado en Lafargue, un rasgo determinante de la sociedad en futuro y que hoy ya comienza a tener consistencia de demanda articulada, de acción organizada, y es la necesidad del reparto, la reducción paulatina del episodio trabajo y la vital ocupación del tiempo general excedente. ¿En qué sino ello en actividades sociales, creativas, gozosas, de pereza?. Y se anticipa en la conceptualización del individuo y sus prerrogativas; todos los personajes de sus dramas son muy personales, muy específicos, aún contextualizados en un colectivo expresan unas realidades sociales muy prescritas, muy establecidas en los conscientes e inconscientes de sus actores exponenciales. Dice: “Pero no quiero mundo ni sueño, voz divina, / quiero mi libertad, mi amor humano / en el rincón más oscuro de la brisa que nadie quiera. / ¡Mi amor humano!”. (
4)

El mensaje lorquiano está en decirnos que todo proceso histórico, colectivo, todo modelo literario consistente, para ser, pasa por la plasmación del valor en sí mismo del individuo humano, de la libertad y capacidades que le son inherentes. Es el caso del valor de la pereza, que es, sobre todo, un derecho. También, que en su expresión laboral-económica no hay un determinismo religioso; aquello de: “te ganarás el pan con el sudor de tu frente”; menos, que esté concluido el debate acerca de que la consideración histórica del trabajo mercantilista sea en sí mismo de valor más allá de dotarnos de los medios materiales necesarios, insisto, necesarios en cada momento para la vida según las capacidades técnicas o científicas adquiridas, cual lo justifican los del pensamiento único, los de la actitud social darwinista con aquello de que el motor, el fin único y último del estado-económico -productores, máquinas, ingenierías financieras e instrumentos de represión social-, es el beneficio, es la plusvalía y el aseguramiento de que su producción general y disfrute de ella por unos pocos, no se interrumpa.

Dijo Federico: “debajo de las sumas, un río de sangre tierna” (
5), y se me alcanza que la dramaturgia lorquiana nos viene a prevenir de que en todo esfuerzo, en todo sacrificio, en toda verdadera aportación cultural anida como elemento fundamental, la defensa, el aseguramiento y la comprensión cabal de la trascendencia de la vida y que el instrumento literario debe mostrar, al menos en primera providencia, y de concienciar sobre los contrasentidos, carencias, incapacidades, o bondades que, como entes colectivos y sujetos históricos individuales, portamos y ejercitamos. “No me tapen la boca los que buscan / espigas de Saturno por la nieve / o castran animales por un cielo”. (6) Demandaba

Es la racionalidad humana, la inteligencia creativa, la sabiduría económica, la trascendencia artística, corpus humanístico cual, actores vitales o exponentes literarios, lo que el pensamiento lafarguiano le indicó y lo que el hacer lorquiano nos muestra, por más que el enunciado pereza pueda frívolamente parecer frívolo, mexicano-costumbrista. No vendría mal recordar al caso a Octavio Paz y las enseñanzas de su: El laberinto de la soledad.

Finamente, por si aclara de la motivación última y actitud vital y analítica de Lorca, reseñar su definente futurible sentencia: “Será preciso viajar por los ojos de los idiotas”. (
7)

A Publicado en la revista literaria FICCIONES. Granada
1 El derecho a la pereza. Paul Lafargue. Pagina 150, 5ª edición, Fundamentos
2 Poema: Ciudad sin sueño. Poeta en Nueva York
3 Poema: Ciudad sin sueño. Poeta en Nueva York
4 Poema: Ciudad sin sueño. Poeta en Nueva York
5 Poema: Ciudad sin sueño. Poeta en Nueva York
6 Poema: Ciudad sin sueño. Poeta en Nueva York
7 Poema: Paisaje de la multitud que orina. Poeta en Nueva York. F. G. Lorca